El Real Madrid ha llegado a un punto crítico. Tras años alegando un trato injusto e intentando abordar la situación por diferentes vías, el club ha decidido intensificar el asunto. La polémica tarjeta roja que el árbitro Gil Manzano mostró a Dean Huijsen contra la Real Sociedad ha sido la gota que colmó el vaso.

Lo que hace que esta decisión sea particularmente significativa es que la queja del Madrid no se debe a una derrota. Aun así, el equipo logró la victoria, lo que subraya que esta acción no es una excusa, sino una postura contra lo que consideran una injusticia persistente.

Según el periodista Miguel Ángel Díaz, de la Cadena COPE, Florentino Pérez y la directiva del club han puesto la mira más allá de LaLiga e incluso del fútbol europeo. Su intención es plantear el problema a nivel mundial, concienciando a la FIFA sobre las reiteradas decisiones arbitrales que consideran sesgadas en su contra.

El Madrid cree que la sombra de Negreira aún se cierne sobre el fútbol español, argumentando que, a pesar de que los pagos finalizaron hace años, la actitud arbitral sigue siendo la misma, o incluso peor.

El club insiste en que no busca un trato preferencial, sino simplemente equidad. Si bien la FIFA tiene autoridad limitada sobre el Comité de Árbitros de España (CTA), el Madrid considera esto un paso necesario para internacionalizar el asunto, destacando que lo que sucede semana tras semana en LaLiga no es solo un asunto nacional, sino un asunto de toda la comunidad futbolística.

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