El Real Madrid no encuentra el fútbol fluido que mostró la temporada pasada, a pesar de la llegada de Kylian Mbappé. El equipo, liderado por Carlo Ancelotti, busca la forma y la cohesión, aunque sigue invicto. Sin embargo, las victorias están resultando más difíciles de conseguir de lo previsto.

La primera solución de Ancelotti es un cambio hacia una formación de cuatro centrocampistas, con el objetivo de mejorar el equilibrio que ha faltado. Esta estrategia no se utilizará en todos los partidos, pero es probable que se implemente en partidos difíciles, especialmente fuera de casa y contra oponentes formidables, como el próximo choque contra el Atlético de Madrid. La idea ya se está probando en Valdebebas como preparación.

Este cambio táctico está diseñado para mejorar la solidez sin sacrificar la creatividad. En el reciente partido contra el Stuttgart, el Real Madrid realizó 19 disparos a portería, pero también permitió 17 de sus oponentes. Este desequilibrio ha acelerado los planes para reforzar el mediocampo, no para ser más defensivo, sino para jugar con mayor control y potencia.

El cambio de formación probablemente supondrá la baja de un delantero, mientras que Vinicius y Mbappé seguirán siendo atacantes clave. Jude Bellingham tendrá un papel híbrido, contribuyendo tanto en ataque como en defensa, especialmente en la banda izquierda, como hizo la temporada pasada. Las lesiones de jugadores como Tchouaméni y Camavinga han complicado los planes de Ancelotti hasta ahora, pero el técnico está decidido a que este ajuste táctico funcione.

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